Las «bondades» de las gafas de sol compradas en mercadillos son de sobra para todos conocidas, pero te vamos a recordar algunos datos para que NUNCA compres gafas de sol en estos mercadillos ambulantes.

Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, más del 90% de las gafas de sol que se venden en mercadillos y puestos ambulantes no cumplen con la normativa europea. Además, son perjudiciales para la visión y no protegen tus ojos contra la radiación ultravioleta.

POR QUÉ NO UTILIZARLAS

Son muchos los motivos por los que evitar a toda costa el uso de estas gafas de sol:

-El primer motivo es que muchas de ellas son falsificaciones de marcas conocidas. Por supuesto, no pasan ningún control de calidad.

-La ausencia de calidad óptica de las lentes hace que muchas estén afectadas de astigmatismo. Así, no será raro que puedas tener dolores de cabeza y mareos.

-La gran mayoría de las gafas de sol envolventes o curvadas que se venden estos puestos poseen lentes que inducen un efecto prismático. Los síntomas serán similares a los del caso anterior.

-Aunque quizás sea menos importante, por lo menos para la salud de nuestros ojos, te recordamos que este tipo de gafas no tiene ninguna garantía. Ah, y ningún servicio postventa.

-Las gafas falsificadas «no existen», por lo que no se pagarán los impuestos correspondientes por su compra-venta.

-Y por último, pero lo más importante de todo, es que la inmensa mayoría de las lentes que portan estas gafas de sol no tienen filtro solar para bloquear la radiación ultravioleta.  Sí, has oídos bien! Ésta es la particularidad más peligrosa de este tipo de gafas y te explicamos el por qué:

CÓMO TE AFECTA LA RADIACIÓN UV

La radiación ultravioleta (una parte de ella) es perjudicial para los ojos. Puede causar desde quemaduras corneales hasta enfermedades de la conjuntiva. Asimismo, es la causante de las famosas cataratas (opacificación del cristalino).  Cuando nos ponemos unas gafas de sol compradas en óptica, las lentes llevan un filtro que impide el paso de esta radiación tan nociva. De esta forma, estaremos protegidos.

El problema viene cuando las gafas no llevan este filtro.  Al ponérnoslas en un día de sol, las pupilas de nuestros ojos automáticamente se dilatan (porque vemos más oscuro). De esta forma nos entra aún más radiación ultravioleta.  Dicho de otro modo: en un día de sol es mejor no llevar gafas que llevar unas de las compradas en mercadillos. Porque al ir sin gafas nuestra pupila se va a contraer (como mecanismo de protección). Así nos entra menos radiación ultravioleta que si lleváramos puestas esas gafas de sol de mercadillo.

Muchas veces por ignorancia y otras por factores económicos, se usan este tipo de gafas durante años. Por desgracia sin saber que nos están causando un daño, casi siempre irreversible.

Antonio M. Sanluís
Óptico-optometrista col. núm. 12989

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